22 de septiembre de 2011. Berlín. Un día muy intenso caracterizó la primera jornada de Benedicto XVI en Berlín. Fue una jornada marcada por la actividad del pontífice en su papel de Jefe de Estado. Por ello se reunió con autoridades civiles y dirigió un discurso ante los legisladores. Como Supremo Pastor de la Iglesia Universal exhortó a los fieles a permanecer en la Iglesia aún a pesar de los escándalos.
A bordo del avión papal que lo trasladaba de Roma a Berlín el papa se refirió a los escándalos que han azotado a la Iglesia en Alemania en los últimos años: “Frente a los crímenes recientes… puedo entender que con informaciones de esa naturaleza, y sobre todo si suceden a personas cercanas, uno pueda decir: esta ya no es mi Iglesia. Pero yo diría que es más importante saber bien que ser Iglesia no es estar en cualquier asociación sino estar en la red del Señor, en la que se sacan peces buenos y malos…y por ello debemos trabajar contra estos escándalos.”
A su llegada al aeropuerto de la capital alemana, el Papa fue recibido por el Presidente Federal Christian Wulff, la Canciller Angela Merkel y autoridades religiosas. Inmediatamente después de su llegada el Pontífice se dirigió al Castillo de Bellevue, residencia oficial del presidente, en donde tuvo lugar la ceremonia de bienvenida. En su alocución Benedicto XVI señaló: “Aunque se trata de una visita de Estado no vengo para obtener objetivos políticos o económicos, sino para encontrar la gente y hablarles de Dios”. El pontífice también se refirió al individualismo y al papel de la religión en la sociedad: “la religión”, señaló, “es una cuestión fundamental para una convivencia bien lograda”. Después del mediodía el Papa recibió en la Sede de la Conferencia Episcopal Alemana a la Canciller Angela Merkel, ambos hablaron de la situación de Europa y del ecumenismo.
Ya por la tarde el Santo Padre sostuvo un muy esperado discurso en la sede del Parlamento Alemán. Al ser recibido por el presidente del Parlamento, varias veces fue ovacionado. Y de frente a los parlamentarios, Benedicto XVI se refirió al derecho, a la justicia, a sus fuentes y a la responsabilidad de los legisladores de frente a estas: “La política debe ser un compromiso por la justicia y crear así las condiciones básicas para la paz. Naturalmente, un político buscará el éxito, que de por sí le abre la posibilidad a la actividad política efectiva. Pero el éxito está subordinado al criterio de la justicia, a la voluntad de aplicar el derecho y a la comprensión del derecho”. Fue la primera vez en la historia que un Papa habló ante el pleno del parlamento alemán. Muchos parlamentarios expresaron su rechazo y como forma de protesta, no estuvieron presentes en la sesión.
Por la tarde el Pontífice celebró la Misa en el Olimpiadstadion de Berlín. Ante 61 mil asistentes el Papa se refirió al concepto de Iglesia: "Algunos miran a la Iglesia, quedándose en su apariencia exterior. De este modo, la Iglesia aparece únicamente como una organización más en una sociedad democrática, a tenor de cuyas normas y leyes se juzga y se trata una figura tan difícil de comprender como es la ‘Iglesia’. Si a esto se añade también la experiencia dolorosa de que en la Iglesia hay peces buenos y malos, grano y cizaña, y si la mirada se fija sólo en las cosas negativas, entonces ya no se revela el misterio grande y profundo de la Iglesia”. Ante ello el pontífice exhortó a permanecer en la Iglesia: “En nuestro tiempo de inquietudes e indiferencia, en el que tanta gente pierde el rumbo y el fundamento; en el que la fidelidad del amor en el matrimonio y en la amistad es frágil y efímera… el Señor resucitado nos ofrece aquí un refugio, un lugar de luz, de esperanza y confianza, de paz y seguridad. Donde la aridez y la muerte amenazan a los sarmientos, allí en Cristo hay futuro, vida y alegría. Permanecer en Cristo significa, como ya hemos visto, permanecer también en la Iglesia”.
Fotos: KNA-Bild