18 de agosto de 2011

"Ante las tensiones y dificultades de la vida que nada ni nadie les quite la paz", dice Benedicto XVI

Madrid, Barajas. 18 de agosto de 2011. Poco antes del mediodía el Papa Benedicto XVI llegó al aeropuerto de Madrid Barajas, en donde fue recibido por los Reyes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía. En su alocución de bienvenida el rey señaló: “Cientos de miles de chicos y de chicas, venidos del resto de las tierras españolas y del mundo entero, os esperan con entusiasmo para celebrar la Vigésimo Sexta Jornada Mundial de la Juventud, y acercarse a la hondura de Vuestro pensamiento”. El rey también habló de la ausencia de valores en la sociedad “Los jóvenes necesitan no sólo oportunidades, sino también la ejemplaridad de sus mayores; no sólo razones, sino actitudes que motiven, llenen e impulsen su existencia y alienten su esperanza", y advirtió: "No podemos defraudar a los jóvenes en su legítimo anhelo de hacer realidad sus sueños".

Por su parte el Papa agradeció a sus Majestades por su presencia y luego se refirió a los problemas actuales en la sociedad como la violencia, la discriminación, el desempleo: “Ciertamente, no faltan dificultades. Subsisten tensiones y choques abiertos en tantos lugares del mundo, incluso con derramamiento de sangre. La justicia y el altísimo valor de la persona humana se doblegan fácilmente a intereses egoístas, materiales e ideológicos. No siempre se respeta como es debido el medio ambiente y la naturaleza, que Dios ha creado con tanto amor. Muchos jóvenes, además, miran con preocupación el futuro ante la dificultad de encontrar un empleo digno, o bien por haberlo perdido o tenerlo muy precario e inseguro. Hay otros que precisan de prevención para no caer en la red de la droga, o de ayuda eficaz, si por desgracia ya cayeron en ella. No pocos, por causa de su fe en Cristo, sufren en sí mismos la discriminación, que lleva al desprecio y a la persecución abierta o larvada que padecen en determinadas regiones y países… Pero yo vuelvo a decir a los jóvenes, con todas las fuerzas de mi corazón: que nada ni nadie os quite la paz; no os avergoncéis del Señor”.

Más tarde el Papa se trasladó a la Nunciatura Apostólica para almorzar y descansar. A lo largo de su recorrido, cientos de personas lo ovacionaron y en muchos puentes peatonales lanzaron confeti y globos a la comitiva papal. En las calles de Madrid se observa también un fuerte dispositivo de seguridad. Por la noche el Papa Benedicto XVI tendrá una ceremonia de bienvenida en la Plaza de las Cibeles.