Al continuar el recorrido el Santo Padre llegó al estrado especial montado en la Plaza de Cibeles, donde miles de jóvenes abarrotaban el lugar, cantando y bailando (foto). En ese lugar se llevó a cabo la liturgia de la Palabra. En su homilía el pontífice exhortó a los jóvenes buscar la verdad y el bien y a no ser como muchos que “creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Desearían decidir por sí solos lo que es verdad o no, lo que es bueno o malo, lo justo o lo injusto; decidir quién es digno de vivir o puede ser sacrificado en aras de otras preferencias; dar en cada instante un paso al azar, sin rumbo fijo, dejándose llevar por el impulso de cada momento”. Ante ello el Papa pidió “sed prudentes y sabios, edificad vuestras vidas sobre el cimiento firme que es Cristo. Esta sabiduría y prudencia guiará vuestros pasos, nada os hará temblar y en vuestro corazón reinará la paz”.