“Nunca más violencia, nunca más guerra, nunca más terrorismo. En nombre de Dios, que todas las religiones traigan a la tierra la paz, el perdón, la vida y el amor”, compromiso de Asís.
27 de octubre. Convocados por Benedicto XVI cientos de líderes y representantes de diversas denominaciones cristianas, religiones y agnósticos se dieron cita en la ciudad de Asís en una “jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo”. El evento se realizó para conmemorar el 25 aniversario de una reunión similar que tuvo el Beato Juan Pablo II en 1986 y en la cual también participaron líderes de diferentes religiones. El objetivo del encuentro de Asís fue“mostrar con simplicidad que hombres religiosos y de buena voluntad, desean contribuir a la construcción de un mundo mejor”, indicó el Cardenal Peter Turkson, Presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz. Diversas denominaciones cristianas así como ortodoxos, judíos, musulmanes, budistas, hinduistas, y otras religiones así como agnósticos participaron en este evento interreligioso.
El centro de la jornada fue la Basílica de Santa María de los Ángeles (foto), dentro de la cual representantes de 300 grupos religiosos escucharon las reflexiones de diez delegados y del Papa Benedicto XVI quienes hablaron de las diversas tensiones en el mundo actual y ofrecieron sus perspectivas para la construcción de la paz. Al final de las intervenciones el pontífice dirigió un discurso en el cual se refirió a la violencia. “Se pueden identificar dos tipologías diferentes de nuevas formas de violencia”, dijo, “tenemos ante todo el terrorismo”. El segundo tipo “es la consecuencia de la ausencia de Dios, de su negación, que va a la par con la pérdida de humanidad”; y esto no es sólo el “ateísmo impuesto por el Estado”, sino la decadencia del hombre, la adoración de los ídolos del tener y del poder que se revela una anti religión, “en la cual ya no cuenta el hombre, sino únicamente el beneficio personal. El deseo de felicidad degenera, por ejemplo, en un afán desenfrenado e inhumano, como se manifiesta en el sometimiento a la droga en sus diversas formas”. Benedicto XVI también reconoció, con vergüenza, que en un momento de la historia, en nombre de la fe cristiana, se ha recurrido a la violencia, “pero es absolutamente claro que éste ha sido un uso abusivo de la fe cristiana, en claro contraste con su verdadera naturaleza”. Al final de este primer encuentro matutino se ofreció un almuerzo ligero, y después hubo un tiempo de silencio, meditación y oración personal.
Por la tarde los líderes de las diversas religiones y agnósticos se dieron cita nuevamente en la cima de la ciudad, en la Plaza de San Francisco, para renovar sus esfuerzos en la construcción de la paz a través de un compromiso solemne, en el cual condenan cualquier recurso a la violencia, y se comprometen a “promover la cultura del diálogo para que crezca la comprensión y la confianza recíproca entre los individuos y los pueblos”. Igualmente expresan su convicción de que “la violencia y el terrorismo contrastan con el auténtico espíritu religioso”. Al final de este compromiso, leído y aceptado por los líderes presentes, el Papa pronunció la parte final: “nunca más violencia, nunca más guerra, nunca más terrorismo. En nombre de Dios, que todas las religiones traigan a la tierra la paz, el perdón, la vida y el amor”. Este compromiso fue simbólicamente sellado con una lámpara que se encendió como símbolo de la luz que ilumina el camino hacia la búsqueda de la paz.
Foto: Asís "Canto Nuovo"